Hoy tengo un día...
Hoy tengo un mal día. Un pésimo día, diría yo!
Pero no un día marrón, como decía Luz Casal, ni gris ni negro, solo marrón. No, no, tengo un día negro, negrísimo, con todas las de la ley.
Es que estoy hasta las clavículas - esto se lo copio a Maruja Torres, sorry! Porque a ver; como puede ir bien el mundo si el modelo a seguir, si a lo que todos los niños y no tan niños en absoluto quieren parecerse es a los Beckham. Pobres Beckham, ahora se las van a cargar, pero es que ya me dirás tu que mérito tienen estos estupendos a parte del hecho de ser ricos, muy, muy ricos y gastárselo todo en gilipolleces. Él juega a fútbol, ok, pero en el caso de que tuviera algún mérito esto de saber chutar una pelotita - no me voy a poner a discutir eso, no, no, me niego! - pues bueno, tampoco habría para tanto, ¿no? Y ella, bueno, ella no sé, las tetas será, porque yo no logro mirarle otra cosa cada vez que sale en una foto enfundada en un súper minivestido tres tallas pequeño, a ver, no me digáis que no. Y no sé… es que la cosa tiene miga. Lo que digo es que claro, si todos queremos ser ricos y famosos y eternamente jóvenes, pues lo llevamos claro y sobretodo que nos vamos a pasar toda la repuñetera vida intentando ser lo que no vamos a ser en absoluto y eso, carai, crea mucha insatisfacción. Si cada vez que uno de estos famositos de tres al cuarto como la señorita Hilton, que también debe tener una cuenta corriente de las de aupa! Y un cerebro de lo mismo, se mete más caña de la que su lindo cuerpecito le soporta y monta un pitote de campeonato, lo que sea; sale en TV, en la radio, en las revistas, y todo el mundo le ríe la gracia y se forra aún más dando la exclusiva de la próxima fiesta que se va a marcar, pues tu me dirás! Yo cierro mi estudio y me pongo a montar números y a meterme hasta el moño de todo a ver si cuela! No, ya sé, no me harían ni puñetero caso, snif, pero es que te hartas ya de aguantar tanta tontería!
A los Operaciones Triunfo y a los Gran hermano y los Tómbola y los Corazón, corazón y los Supervivientes, y al novio de Kate Moss y los morros de la Jolie y a Pocholo, y los miles de petardos que llenan las revistas del corazón!
Total, que hoy me he levantado del revés, con el pie izquierdo vaya. Con un cabreo de mil demonios. Harta, hartita de tanta tontería y en un arrebato he pensado, carai! Pues yo también quiero ser la Juani!! Para las que estéis chaladas, como yo, sabedlo, se puede. Con un dedo de maquillaje y mucha paciencia, una puede ser una mujer de bandera, una tigresa, una Juani! Claro que sí! Lo que se va a encontrar el nene durmiendo a su lado al día siguiente, eso ya es otra historia. Aunque siempre puedes cantarle lágrimas negras, por lo de las legañas negras que tienes pegadas a los ojos por culpa del maldito rimel waterproof! Que se te ha quedado pegado a las pestañas como una jodida pega de contacto!
Total, que me he disfrazado de tía guay, me he pintado como un putón y me he dicho, sal a la calle y cómete el mundo, Maripili.
Pero nada, no ha servido de nada. Al final me he mirado en el espejo y he visto a una mujer madurita mirándome a los ojos y he pensado; Dios Pepi, ¿Qué haces? Te estás dejando llevar por el lado oscuro, corazón. Y es que es verdad. Que fácil es caer en la estupidez. Porque vivimos rodeados de toda esa publicidad que lo que pretende es que estemos constantemente insatisfechos, que nos muestra constantemente toda esa otra cara del mundo, donde todo es frivolidad, despilfarro, tontería y que nos lo venden como si ese fuera el sueño a perseguir. Nos hacen sentir que tenemos vidas mediocres, avergonzarnos de nuestros cuerpos, de nuestro coche, de nuestro pisito de 30m.
Hace años me publicaron en El País una carta al director donde me “Piiiiiiiiip”, en un anuncio de JASP. ¿Os acordáis? Jóvenes, Aunque Sobradamente Preparados? Me hacia vomitar. La carta acababa haciendo una llamada a los señores publicistas para que salieran de sus áticos con parquet y echaran un vistazo. Un vistazo a la realidad, al mundo tal y como está, a los sueldos, a los mileuristas, a los que están perdiendo sus casa porque el tipo de interés ha subido tanto que ya no pueden pagar las hipotecas, al medio ambiente, a la crisi económica, a la estupidez crónica, en fin, a todo. Y ahora digo lo mismo, que ya está bien! Que me quejo, me quejo por hastío, por ansiedad, por aburrimiento de que me tenga que tragar las vidas de toda esta pandilla que nada tienen que ver con la mayoría y nada, nada en absoluto, tienen que yo pueda envidiar, excepto que podrían hacer absolutamente los que les apeteciera con su vida y con su dinero. Que podrían dedicar sus vidas a perseguir sus sueños y parece, por desgracia suya y también nuestra, que no tienen ninguno... En fin... lo de siempre.
Por cierto! La foto os la coloco igual, porque con lo guapa que he salido, pues a ver.
Y lo del lado oscuro me lo miro otro día, de verdad.
Y lo del lado oscuro me lo miro otro día, de verdad.