martes, 18 de septiembre de 2007

Look at me! Parte XXI.

Donde Ella nos cuenta quien es y como ha llegado hasta aquí. Parte XXI.

Hoy tengo un día...

Hoy tengo un mal día. Un pésimo día, diría yo!
Pero no un día marrón, como decía Luz Casal, ni gris ni negro, solo marrón. No, no, tengo un día negro, negrísimo, con todas las de la ley.
Es que estoy hasta las clavículas - esto se lo copio a Maruja Torres, sorry! Porque a ver; como puede ir bien el mundo si el modelo a seguir, si a lo que todos los niños y no tan niños en absoluto quieren parecerse es a los Beckham. Pobres Beckham, ahora se las van a cargar, pero es que ya me dirás tu que mérito tienen estos estupendos a parte del hecho de ser ricos, muy, muy ricos y gastárselo todo en gilipolleces. Él juega a fútbol, ok, pero en el caso de que tuviera algún mérito esto de saber chutar una pelotita - no me voy a poner a discutir eso, no, no, me niego! - pues bueno, tampoco habría para tanto, ¿no? Y ella, bueno, ella no sé, las tetas será, porque yo no logro mirarle otra cosa cada vez que sale en una foto enfundada en un súper minivestido tres tallas pequeño, a ver, no me digáis que no. Y no sé… es que la cosa tiene miga. Lo que digo es que claro, si todos queremos ser ricos y famosos y eternamente jóvenes, pues lo llevamos claro y sobretodo que nos vamos a pasar toda la repuñetera vida intentando ser lo que no vamos a ser en absoluto y eso, carai, crea mucha insatisfacción. Si cada vez que uno de estos famositos de tres al cuarto como la señorita Hilton, que también debe tener una cuenta corriente de las de aupa! Y un cerebro de lo mismo, se mete más caña de la que su lindo cuerpecito le soporta y monta un pitote de campeonato, lo que sea; sale en TV, en la radio, en las revistas, y todo el mundo le ríe la gracia y se forra aún más dando la exclusiva de la próxima fiesta que se va a marcar, pues tu me dirás! Yo cierro mi estudio y me pongo a montar números y a meterme hasta el moño de todo a ver si cuela! No, ya sé, no me harían ni puñetero caso, snif, pero es que te hartas ya de aguantar tanta tontería!
A los Operaciones Triunfo y a los Gran hermano y los Tómbola y los Corazón, corazón y los Supervivientes, y al novio de Kate Moss y los morros de la Jolie y a Pocholo, y los miles de petardos que llenan las revistas del corazón!
Total, que hoy me he levantado del revés, con el pie izquierdo vaya. Con un cabreo de mil demonios. Harta, hartita de tanta tontería y en un arrebato he pensado, carai! Pues yo también quiero ser la Juani!! Para las que estéis chaladas, como yo, sabedlo, se puede. Con un dedo de maquillaje y mucha paciencia, una puede ser una mujer de bandera, una tigresa, una Juani! Claro que sí! Lo que se va a encontrar el nene durmiendo a su lado al día siguiente, eso ya es otra historia. Aunque siempre puedes cantarle lágrimas negras, por lo de las legañas negras que tienes pegadas a los ojos por culpa del maldito rimel waterproof! Que se te ha quedado pegado a las pestañas como una jodida pega de contacto!
Total, que me he disfrazado de tía guay, me he pintado como un putón y me he dicho, sal a la calle y cómete el mundo, Maripili.
Pero nada, no ha servido de nada. Al final me he mirado en el espejo y he visto a una mujer madurita mirándome a los ojos y he pensado; Dios Pepi, ¿Qué haces? Te estás dejando llevar por el lado oscuro, corazón. Y es que es verdad. Que fácil es caer en la estupidez. Porque vivimos rodeados de toda esa publicidad que lo que pretende es que estemos constantemente insatisfechos, que nos muestra constantemente toda esa otra cara del mundo, donde todo es frivolidad, despilfarro, tontería y que nos lo venden como si ese fuera el sueño a perseguir. Nos hacen sentir que tenemos vidas mediocres, avergonzarnos de nuestros cuerpos, de nuestro coche, de nuestro pisito de 30m.

Hace años me publicaron en El País una carta al director donde me “Piiiiiiiiip”, en un anuncio de JASP. ¿Os acordáis? Jóvenes, Aunque Sobradamente Preparados? Me hacia vomitar. La carta acababa haciendo una llamada a los señores publicistas para que salieran de sus áticos con parquet y echaran un vistazo. Un vistazo a la realidad, al mundo tal y como está, a los sueldos, a los mileuristas, a los que están perdiendo sus casa porque el tipo de interés ha subido tanto que ya no pueden pagar las hipotecas, al medio ambiente, a la crisi económica, a la estupidez crónica, en fin, a todo. Y ahora digo lo mismo, que ya está bien! Que me quejo, me quejo por hastío, por ansiedad, por aburrimiento de que me tenga que tragar las vidas de toda esta pandilla que nada tienen que ver con la mayoría y nada, nada en absoluto, tienen que yo pueda envidiar, excepto que podrían hacer absolutamente los que les apeteciera con su vida y con su dinero. Que podrían dedicar sus vidas a perseguir sus sueños y parece, por desgracia suya y también nuestra, que no tienen ninguno...
En fin... lo de siempre.
Por cierto! La foto os la coloco igual, porque con lo guapa que he salido, pues a ver.
Y lo del lado oscuro me lo miro otro día, de verdad.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Look at me! Parte XX

Donde Ella nos cuenta quien es y como ha llegado hasta aquí. Parte XX.
Toda obsesión no es más que una sustitución de la pasión...
Eso dicen, y parece que últimamente todo el mundo está obsesionado con el tema este de la felicidad.
Supongo que, en fin, con toda esta paranoia del fin del mundo que se nos avecina, pues intentamos buscar un poco de iluminación, por favor, o una salida a tanto miedo en el cuerpo que nos están metiendo.
Si ya no se puede confiar en nada, no hay vida más allá de la muerte, paraíso, ni te cuento, la naturaleza se va a volver loca de un momento a otro, ya no hay leyes de la naturaleza a las que agarrarse. La tradición se ha ido al carajo; los padres y los abuelos, ya no se enteran de nada. La tecnología va tan rápido que la gente mayor, más que en los sabios, los que han vivido y tienen experiencia, se convierten en seres obsoletos, ignorantes e incómodos. En eso les están convirtiendo y en eso nos convertiremos, ay Dios! en unos cuantos años. Por eso esa otra paranoia de no querer envejecer, de parecer eternamente jóvenes, en fin, todo eso, ya sabéis. Pero esa es otra historia.
Total, que todos vamos como locos en busca de la felicidad. Y parece, por el momento, que la felicidad siempre esta en otra parte. A qué viene sino toda esta locura de viajar que le ha entrado a todo el mundo. Nunca se había desplazado tanta gente de un lado para otro en vuelos baratos, ocio rápido, felicidad a la carta, un poquito de aventura y locura de fin de semana. Pero nada, esta también es otra historia.
Los políticos, los media, la información, las instituciones, los estamentos, la CIA, el FBI y el Pato Donald, mienten más que hablan! A ver... a que caray tiene uno que agarrarse!
Leyendo el libro de Eduard Punset El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas. Imagínate! El subtítulo es, Las nuevas claves científicas. Esto de la felicidad es toda una ciencia ya. Hay que saber sobre la amígdala, el neocórtex, el córtex prefontal, endorfinas, dopaminas y un largo etcétera, para comprender algo sobre todo este rollo de la felicidad, eso parece. En fin, que Punset dice en su libro que la felicidad no es, ni más ni menos, la ausencia de miedo. Punto. Tal cual.
Y ahí yo empecé a sentir un cierto mal estar. Ya sabéis que lo del tema del miedo me tiene en vilo. Pues eso, que si todos estamos como locos intentando descifrar; espiritualmente, científicamente, analíticamente, religiosamente, qué es esto de la felicidad y dónde se halla y por otro lado todos los imputs externos que recibimos son de alerta, estimular nuestros miedos, nuestro desconcierto, y nos estresan. ¿Dónde acaba esta carrera desenfrenada en direcciones opuestas? No parece que haya un ganador. Más bien el resultado será una sociedad con un alto grado de estrés y esquizofrenia.
Pero bueno, la felicidad, a lo que iba.
Parece ser, queridísimos amigos, que la felicidad está en el interior. Ya, ya! Nada que no sepamos. Pero hay más. La felicidad es un estado emocional activado por el sistema límbico - Dícese del sistema formado por varias estructuras cerebrales que gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. Está relacionado con la memoria, atención, emociones, personalidad y la conducta. Está formado por partes del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo calloso, septum y mesencéfalo.- Y parece ser que no tiene ninguna relación con el cerebro consciente, como tampoco tiene nada que ver el cerebro consciente con el hecho de que las células se reproduzcan bien o mal o que lo que entra por nuestros ojos se traduzca en imágenes en nuestro cerebro. El cerebro consciente tiene poco que ver con la felicidad, pero en cambio si parece tener mucho que ver con la infelicidad y el estrés. Con el estado psicológico de anticipación. Algo así como ¡O Dios mío! Algún día moriré! o ¿ cómo voy a pagar la deuda de la Visa? o¡Diós! Me van a cortar el teléfono! O, en algunos casos, ¿Qué vamos a hacer con los efectos del calentamiento del planeta? Por poner algunos ejemplos. Y, según el profesor Robert Sapolsky, una de las mejores maneras que se le ocurren al ser humano para aliviar la carga del estrés es hacer infelices a los demás dirigiendo su agresividad hacia otras personas.
¡Así nos va!
En Estados unidos, sigue Sapolsky, hay una relación inmediata entre las crisis económicas y el abuso a menores y a mujeres.
¿Sabias que la violencia y el sexo tienen exactamente el mismo tipo de frecuencia cardiaca, tensión arterial y niveles hormonales? El amor y el odio no son opuestos fisiológicamente. Son estados similares. Esta columna empieza a parecerse al Muy interesante, que horror.
En fin, en esta búsqueda de la felicidad nos introducimos en un mundo complejo, el de nuestro pequeño y laberíntico pensamiento y como no estamos preparados para comprendernos nos armamos un auténtico lío.
La depresión, dice la psicóloga Susan Greenfield, es el resultado de una introspección excesiva, y que funciona como una telaraña. Sino dejas de observarte, terminas enredándote en ella. Que viene a ser lo mismo que nos cuenta Salinger en Fanny y Zoey. Siempre, siempre relacionando a cada maldita cosa que ocurre con nuestros asquerosos y pequeños egos, pero en erudito. Ja!
En definitiva, que este maravilloso y vertiginoso viaje hacia la felicidad que ha emprendido el ser humano me parece que tiene algo de enfermizo. Antes esto del catolicismo nos tenia con el corazón en un puño y el miedo en el cuerpo hasta que nos moríamos, que Buf! Por fin dejábamos de sufrir y vivíamos en el paraíso y tal, no?
Como decía San Agustin, el placer de morir sin pena bien vale la pena de vivir sin placer. Pero ahora no, ahora buscamos el placer a toda costa. La nueva meta es el placer. El placer inmediato, el disfrute, el ocio, la diversión a toda costa y a todas las edades. Placer, placer, placer. Supongo que es lo que nos parece más similar a la felicidad. Y es que la felicidad, mucho me temo que estamos todavía a años luz de saber lo que es, aunque si os digo la verdad, después de leer todo estos datos sobre la felicidad, si tuviera que escoger la definición de felicidad que más acertada me ha perecido, definitivamente elegiría la respuesta que le dió un niño de cinco años a Darwin cuando éste le preguntó qué era para él la felicidad.
Hablar, reír y dar besos, contestó el niño.
Tal cual. No se me ocurre nada más parecido a la felicidad.
Hablar, reír y dar besos.
Que más se puede pedir. ¿No?