lunes, 18 de febrero de 2008

Look at me! Parte XXIX

Donde Ella nos cuenta quién es y cómo ha llegado hasta aquí. Parte XXIX.

El otro día un amigo fotógrafo volvió de un viaje a Roma, que había hecho para hacer fotos de un Hotel, sin haber hecho las fotos. Es que el hotel no estaba terminado, me dijo.

El viaje lo habían hecho; él, dos asistentes y una estilista.

Que el hotel no estaba terminado, dijo.

¿Cómo que no estaba terminado? ¿Y para qué te mandan ahí? Le pregunté. Es que este cliente es muy impaciente, me contestó.

¿Os imagináis? Un cliente que manda a un fotógrafo y a tres personas más a XXX Km., para hacer unas fotos de un hotel que no está terminado. Eso solo puede pasar en nuestro mundo. Un mundo en el que un ordenador que no cumple una orden inmediatamente nos pone enfermos, un ascensor que tarda en llegar nos saca de quicio, un cajero automático demasiado lento nos hace decirle barbaridades a la pantalla o, según el día, lanzarle pequeños mensajes de animo y cariño. -Venga bonito, dale, no te cuelgues corazón. Y cosas así.
Un mundo de locos sobreexcitados que lo quieren todo ahora y ya! “Europa, una carrera ilimitada al deseo….”

Hace apenas cuatro días mi compañera de estudio se puso a llorar desesperadamente porque no se le abría el correo de mail y ya había probado a instalar y desinstalar mil veces el Outlook y había reseteado otras tantas el ordenador y el router y el fliski y el flaski! Y nada! Y menuda mierda! Menuda mierda todo!

Yo misma, el otro día salí a la calle para comprobar que no se hubiera declarado la tercera guerra mundial y yo no me hubiera enterado. Único motivo lógico por el cual yo no tenía respuesta inmediata a un mail que había mandado unos 30 segundos antes.

Dios mío de mi vida, donde vamos a ir a parar. “Este mundo, tal como es ahora, quiere morir, quiere sucumbir y lo conseguirá…” Como decía Herman Hesse en Damian.

El mail, el sms y la televisión por cable, han hecho de nosotros unos niños mimados que queremos las cosas ahora mismo. Quiero ver este programa ahora! No dentro de un rato, ni hace un rato. Quiero hablar contigo, ahora! Quiero que me contestes, ahora! Y lo quiero, ahora!

En fin, que la cosa no tiene muy buena pinta.

Que desesperación cuando intentas contactar con alguien y no te contesta al móvil. Hace poco un cliente me llamó al móvil un sábado a las 11 de la noche. Por un momento pensé que quería invitarme a cenar… qué va! Quería pedirme si podía mandarle unas fotos por mail para tenerlas el domingo por la mañana. Porque igual, igual¿?! Le harían falta. En fin…

Y yo, lo reconozco, he llamado a horas intempestivas, he mandado mensajes a horas impensables, porque sí, porque no puedo resistir la facilidad de teclear lo que se me acaba de ocurrir y mandarlo. Lanzarlo al viento… Bueno… qué os voy a contar…

Y cuando no se anda muy bien de los nervios… Ay… el mail o el sms, son armas de destrucción masiva. Son paquetes bomba! Porque la inmediatez es lo que tiene, que no da tiempo a pensárselo mucho, y… con lo guapo que hubieras estado calladito… A vosotros también os ha pasado, espero!
“La existencia -decía san Agustín- es un combate entre lo esencial y “una avalancha de pensaminetos frívolos.”

Con lo único que he mejorado con el tema este del sms, es con mi madre, que ahora que ha medio aprendido a mandar mensajes, ya no llama y te tiene dos horas al teléfono. O te riñe porque te ha llamado dos veces y no estabas! O te pregunta insistentemente- ¿Qé te pasa? tienes mala voz, ¿ha pasado algo? Qué pasa? Y te pone de los nervios.

Ahora manda unos mensajes de lo más cool. – marta tot bé ptó mare.

Incluso a veces soy yo la que la riño porque la he llamado varias veces al móvil y no contestaba… Qué desastre!

En fin, que como dice Pascal Bruckner. En “La tentación de la inocencia”. El milagro de la invención perpetua se ha vuelto rutina. El progreso de las cosas atiza nuestra fiebre: exigimos cada día, en todos los ámbitos, rápidos perfeccionamientos. La técnica nos mantiene en la religión de la avidez: con ella lo posible se vuelve deseable, lo deseable, necesario. Se nos debe lo mejor. La industria, la ciencia, nos han acostumbrado a tanta fecundidad que echamos pestes cuando los descubrimientos escasean, cuando hay que diferir la satisfacción. “Es insoportable”, exclamamos: rabieta de un chiquillo caprichoso que patalea delante de un juguete mientras grita: Lo quiero.

Quiero dejar atrás al hombre con inventiva, que es una maldición para la tierra. Exclamaba Henry Miller. Y a veces, realmente, parece una verdad como un templo.

sábado, 9 de febrero de 2008

Look at me! Parte XXVIII.

Donde Ella nos cuenta quién es y cómo ha llegado hasta aquí. Parte XXVIII.



Leyendo la novela El mal de Montano de Enrique Vila-Matas, me he dado cuenta de que empiezo a tener una gran colección de citas sobre la vida y la muerte y la memoria y la existencia y el olvido, que darían para escribir un libro entero, y todos los libros del mundo, porqué, en el fondo nadie habla de otra cosa.

Bueno, y de amor.

Pero cuando se habla de amor también se habla de tristeza, soledad, dolor, olvido y vida y muerte… nadie escribe las alegrías del amor correspondido, creo.

“Con toda esta oscuridad rodeándonos, como podría volver a ti ahora
y que no te dieses cuenta.” Li Chan-Yin.
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"Para quien niegue la disolución;
para quien ve el cuerpo ausente;
para quien piense el deseo y la muerte,
cuando acabe la fiesta,
adelantamos los besos
(Al olvido...)"
De Mar Arza.

“No supe decirme
que te amaba
y no te amé.
Mi amor se extravió
en palabras mal puestas.
Y lo he encontrado ahora,
cuando ya no hay remedio”.

Incluso Jean Paul Sarte escribió versos así hablando del amor.
Después de eso escribiría La nausea, supongo. Ja!

Cuando se está felizmente enamorado uno no debería perder el tiempo escribiendo poemas de amor, no?

Edward Weston- un fotógrafo que viajo con el amor de su vida por todo EEUU tomando magníficas fotos del mundo tal como se presenta, decía el, sin los artificios del pictoralismo- escribió en su diario: “Hace tiempo que no abro estas páginas para escribir, pero tengo un buen motivo, estaba muy ocupado viviendo”

Pues eso.

Bueno, volviendo a la vida y la muerte y la memoria y la existencia y el olvido… y al miedo, gran tema.

“El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo”. Hobbes.

“... miedo a no ser nadie sin ella, miedo a la mediocridad, al fracaso, a la soledad, miedo a todo, miedo al miedo y miedo, como había pensado aquel mediodía ya lejano en la playa de piedras negras, a no ser en definitiva más que un niño”. Rosa Regás de la novela Azul.

“¿y por qué tienen miedo? Sólo se tiene miedo cuando se está en disensión con uno mismo. ¡Una sociedad de hombres que tienen miedo de lo desconocido que anida en ellos!”. De Demian de Hermann Hesse.

“Ya lo sé, estoy mal, y usted, querido amigo, ha podido ya comprobarlo; pero creáme, estoy tan lleno de ésta maravilla incomprensible e inimaginable que es mi existencia, que…” (...) “Es un privilegio poder sufrir hasta el fin, para conocer de la vida hasta sus más íntimos secretos”. Rilke

“El peligro es el eje de la vida sublime” Vila-Matas.
El mal de Montano.

“Sin enfrentar la muerte la vida se empobrece, pierde interés si no está permitido arriesgar al máximo, a saber, la vida misma. Ésta resulta vacía, insípida como un flirt norteamericano, en el cual se parte de la idea de que no puede suceder nada”. Freud.

Podría escribir un libro hecho de fragmentos de otros libros, una especie de pachtwork literario…

Decía Walter Benjamín “que en nuestro tiempo la única obra realmente dotada de sentido debería ser un collage de citas, fragmentos, ecos de otras obras”.

“Recordar con una memoria extraña. (…) Quizá la literatura sea eso: inventar otra vida que bien pudiera ser la nuestra, inventar un doble.” Ricardo Piglia.

”Decirle al lector: “Así quiero ser para ti”, y no “Así soy”. Vila- Matas.
El mal de Montano.

(…) “He leído la historia de ese viejo estúpido creado por Beckett y a punto he estado de tomarme otro orfidal” (…) “llevo una existencia tan monótona y horrorosa que no es raro que intente escapar de ella escribiendo sobre realidades alejadas de mi vida real”. (…) “hasta la vida del viejo me ha parecido más interesante que la mía y me he dicho que hago bien en inventar cuando me dedico a la creación literaria y reniego del realismo, porque apañado estaría si tuviera que hablar todo el rato de mi gris existencia de ama de casa que escribe. En fin”. Vila-Matas. El mal de Montano.



"Fastidio - hiperestesia - , aburrimiento, hastío: del arte, de la ciencia, de la mentira, del amor, de la verdad, de la calle, de las amistades, de la casa, de la vida, del desnudo, de la muerte.

¿Qué haría, aquel crepúsculo convexo carmín y negro, objetivamente encantador?

Entró en una brillantísima confitería y se compró unos, ricos, joyantes dulces de los que le hacían más daño." Juan Ramon Jimenez.

“Si de mi hubiera dependido no nacer, indudablemente no habría aceptado la existencia en condiciones tan irrisorias”. Dostoievski, El Idiota. (Esta me hizo reír, lo reconozco. Es muy buena.)

"Yo solo creería en un Dios que supiera bailar." Nietzsche. Así habló Zaratrusta.

“A partir del momento en que está libre de cualquier obligación y se sabe su propio guía bajo la única luz de su entendimiento, el individuo pierde al mismo tiempo la seguridad de un lugar, de un orden, de una definición. Al ganar la libertad también ha perdido la seguridad, ha entrado en la era del tormento perpetuo. (…) a partir de ahora a cada cual le incumbe la tarea de construirse y de encontrarle un sentido a su existencia”. Pascal Bruckner. La tentación de la inocencia.

“… quienes más saben de felicidad son las mariposas y las burbujas de jabón, y todo cuanto a ello se parece entre los hombres”… Nieztsche. Así habló Zaratrusta.

Acabo con esta nueva cita de Vila- Matas, porque si, porque es preciosa y habla de la existencia y de la vida y de la muerte y del olvido y de la memoria…



“He mirado muy atentamente a las pocas personas con las que me he cruzado en mi paseo por el parque y he pensado que me habría gustado conocer el nombre y apellidos de todas ellas y hasta amarles a fondo (…) y que cuando cada una de esas personas muriera lo hiciera sabiendo que su nombre estaba en mis labios.” Vila-Matas. El mal de Montano.

Y esta te la dedico…
Porque tu nombre, de eso puedes estar seguro, va a estar siempre en mis labios…



Pues ala! Hasta luego Baldomero!